jueves, 24 de septiembre de 2009

LAS RELACIONES ENTRE ESTABLECIDOS Y MARGINADOS

Este texto, se basa en una de las ideas principales que nos presenta el sociólogo Norbert Elías como lo es la exclusión y la marginalidad de Winston Parva, así como también son una constante en varios casos cercanos a nuestro entorno.

De esta manera, podemos ver como hoy día, se presentan casos de desplazamiento forzado del campo hacia las ciudades, igualmente las migraciones internacionales se han convertido en una válvula de escape a la conflictiva situación social colombiana y como en estas situaciones siempre se presenta problemas sociales al tener que enfrentar al recién llegado y cederle parte de lo que siempre han tenido los que por tradición están establecidos, pues todo lo que rodea a la ciudad, las personas, la cultura, hace parte de los que siempre han estado allí.

Así, podemos entender lo anterior con lo que nos propone Elías: “las relaciones entre los “recién llegados” y las personas establecidas, son un tipo de relación de poder y de desigualdad que se funda en la cohesión grupal y monopolio de los recursos del territorio que tiene uno de los grupos en relación con el otro”.

De esta manera, también es muy común ver como las personas de descendencia afro son considerados inferiores porque el color de su piel es diferente de los establecidos, pues este racismo cotidiano afecta de manera continuada a los miembros de minorías, de modo que la desigualdad se acrecienta y se convierte en un sistema masivo de opresión psicológica y social.

Otro caso son los indígenas que son considerados inferiores, ya que su cultura no tiene cabida entre los grupos establecidos; de esta manera es como su condición de marginados frente al grupo de los establecidos los lleva a crear ideas de grandes brechas que los diferencian.

Con lo anterior, nace un gran interrogante ¿Cómo hace una sociedad en iguales condiciones para generar unas personas inferiores y otras superiores?, ya que es evidente que siempre y cuando se presente una relación entre establecidos y marginados se presentaran los sentimientos de superioridad e inferioridad frente al grupo diferente, así podemos entender que el problema de la discriminación no es social sino psicológica.

Por otro lado, Según Elías, estas relaciones antes mencionadas, se caracterizan porque los grupos establecidos utilizan todos sus medios a favor, además de los materiales y económicos para mantener y ampliar su posición de privilegio en las dinámicas de reproducción social.

Según esto, los grupos establecidos se caracterizan por “poseer mayores niveles de cohesión social que les permiten ejercer un poder simbólico (el estigma) sobre los marginados, mientras que estos últimos son grupos sociales de reciente formación o que sufren la falta de mecanismos concretos de integración social, bien sea por la incidencia de los grupos establecidos, por su dispersión orgánica, o por las relaciones mismas que se establecen en el proceso de interacción recíproca entre individuos y grupos sociales”. Desde esta perspectiva, las relaciones entre los grupos establecidos y marginados se inscriben en una dinámica social no planeada, es decir, en una dinámica en la que ninguno de los participantes del juego tiene la completa capacidad de direccionar el proceso de cambio social en su conjunto.

De otra manera, se puede hacer referencia en lo que atañe este tema a los estados liberales, ya que para estos, primero está la propiedad (lo material), y después la vida, puesto que si se tiene en cuenta que “las disputas entre las poblaciones adscritas al liberalismo y aquellas de posiciones conservaduristas, no es otra forma de hallar una disputa entre marginados y establecidos”. Pues mientras los primeros se movilizan, actúan y abrazan aquellas ideologías (en este caso el liberalismo) que les permiten acceder a espacios de participación y representación, los segundos hacen todo lo posible por avalar aquellas ideologías de poder y liderazgo que les permiten mantener un alto grado de organización interior y representación exterior alcanzado por la tradición.

Finalmente, se puede decir que a partir de experiencias comunes, de modos de vida y de rasgos culturales, cada sociedad o grupo social va diagramando códigos comunicativos, estructuras de significación, al igual que una escala de valores y atributos que definen lo que es normal y deseable para el grupo, puesto que lo que nos une a todos es algo colectivo y son las representaciones sociales. Es así como éste señala un canon de normas comunes, que circunscriben un modo de vida válido y deseable para sus miembros. Estas concepciones culturales se incorporan como sentido común, estableciendo así una hegemonía de la normalidad.

Esas características designadas sobre el otro, que lo convierten en alguien distinto al nosotros que tenemos internalizado, características que generalmente son llevadas como marcas en el cuerpo, son comúnmente llamadas como marca de inferioridad o de superioridad, que es el sello donde una persona se identifica para otras personas.

Para concluir y dar a entender lo anterior, podemos citar a Elías cuando dice queEs así que en todas las sociedades, se encuentran a disposición de sus miembros, toda una gama de expresiones para estigmatizar a otros grupos, que adquieren su sentido como tales solamente en el contexto de relaciones específicas de establecidos y marginados”

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