jueves, 17 de septiembre de 2009

LIBERALISMO Y LA ANULACION POLITICA: LA PERFECTA UTOPIA LIBERAL.

Este escrito, pretende partir de la idea central que nos presenta Tobar, proponiendo una reflexión en como el liberalismo asume la política en aras de la convivencia en la diferencia, y de esta manera presentar el principal problema de la política que para este son las desigualdades armoniosas.

De esta manera, Tobar propone que el liberalismo con su forma de asumir la política, no logra generar transformaciones en pro del reconocimiento de la diferencia, ya que para él, el liberalismo soluciona el problema con las identidades colectivas privatizándolas, ya que es la única forma de lograr la convivencia política.

Igualmente, en el texto se hace una diferencia entre lo político y la política, entendiendo lo primero como conflicto, y donde la política es vista como un consenso; así, el liberalismo evade lo político en tanto que asume que la política es una doctrina comprehensiva inscrita en una forma particular de moralidad.

Por otra parte, se podría decir, que para el autor existe una diferencia entre lo que es la libertad de los antiguos y la de los modernos, ya que en la sociedad de los modernos se permite ver los modos en que la consigna social cambia siendo los individuos los que determinan la sociedad, y donde el sentido que se tiene ahora de libertad tiene que ver con el espacio en el que los planes de vida personales pueden ser objeto de libre elección, donde el estado se compromete con la protección de los derechos y los intereses civiles.

Por otro lado, para Tobar, la manera como el liberalismo le apuesta a la juridizacion antes que a la confrontación en la esfera pública, es vista como “la perfecta utopía liberal”, donde una utopía puede representar un designio racional de sociedad, elaborado por alguien que cree conocer lo que es mejor para todos y se arroga, así, el derecho de hablar por los demás. Así, esta será elaborada siempre con el limitado entendimiento de quien sólo conoce sus deseos y sus necesidades y con la comprensión parcial o equivocada que el autor tenga acerca de los complejos asuntos humanos.

De esta manera, según Tobar, “la perfecta utopía liberal” consiste en sacar las discusiones de la plaza pública y remitirlas a los jueces, para que sea la ley la que determine el reconocimiento de los derechos, así, en la perfecta utopía liberal se da la idea de que todo puede ser resuelto por la vía del consenso.

Partiendo de lo anterior, se podría dar paso a las desigualdades armoniosas, vista como una constante social que está fundamentada en la justicia y donde nuestra identidad es configurada en ésta, ya que tobar lo plantea como: “las desigualdades armoniosas son el camino para imponer la justicia sobre todas aquellas circunstancias que han generado una vulneración de la dignidad y, por consiguiente, han sedimentado la marca de inferioridad en los colectivos identitarios”; fundamentando así las desigualdades armoniosas como el principal problema de la política.

Con lo anterior, se podría decir que las desigualdades armoniosas nos permiten referirnos a los efectos psicológicos derivados de la marginación que cobran gran visibilidad en las dinámicas de subordinación social; siendo de esta manera, en los estados liberales contemporáneos donde se establece una aceptación incondicional de aquellas condiciones que, siendo desiguales, son aceptadas sin crítica alguna porque ya hacen parte de la cultura; es decir, frente a las desigualdades de género, etnia y orientación sexual, entre otras, ya que la primacía del derecho sobre el bien no puede dar cuenta de la marca con la que deben vivir las personas que se inscriben en la desigualdad armoniosa.

De esta manera es como el autor argumenta que las desigualdades armoniosas se han convertido no sólo en costumbre sino también en hábitos, puesto que se hacen propias de cada ser humano y de esta forma configurándose en un estilo de vida, haciendo que las personas vivan con desigualdades pero sobretodo en la injusticia, cerrándose con esto a generar apertura hacia la reivindicación política, puesto que cualquier tipo de crítica, a sus modos de vida, es sentido como una amenaza a sus culturas y tradiciones.

finalmente, y siguiendo la idea de Tobar, se podría decir que para el liberalismo, la vida en común en medio de la diversidad se convierte en un problema ético-político de muy difícil solución porque “toda forma de igualación de los individuos afecta las identidades grupales; en segundo lugar, porque todo intento por preservar a los grupos limita las libertades de los individuos; en tercer lugar, porque toda demanda de justicia afecta a los grupos y a la sociedad política en general; y, finalmente, porque toda petición de reconocimiento tiene que ser políticamente viable en el ejercicio del consenso que involucra a otros grupos”. Así es como Todo tipo de convivencia en la diferencia, si es injusta, genera una desigualdad armoniosa.

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